MARÍA NOVARO Y GERARDO BARROSO. LA UNIÓN DE GENERACIONES


Mancuerna de persuasión. Conversación entre director y director de fotografía.

La relación inicio siendo ella maestra y él alumno del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) en la Ciudad de México. Hoy día, son compañeros de trabajo.

María Novaro, destacada cineasta mexicana, entre cuyos cintas se encuentran Lola, Danzón, Sin dejar huella, se refirió a la forma en cómo aprendió a hacer cine, que cuando estudió le enseñaban recetas para llevar a cabo una película, que al final del día esto le parece desagradable.

Novaro comentó el proceso de adaptación por el que transitó para adaptarse a la manera de ver y hacer cine hoy día, ya que cuando inició como realizadora, en los años 80, todo estaba estructurado, había un presupuesto importante, todo era grandilocuente, los equipos grandes y pesados; y actualmente todo es más práctico y hay flexibilidad en la producción cinematográfica.

Gerardo Barroso, joven cinefotógrafo mexicano, encargado de foto en la cinta Familia Tortuga, manifestó que la relación entre director y fotógrafo debe ser interesante, como la de un noviazgo, interpretar lo que el otro desea.

La creadora de El jardín del Edén se dijo una directora de actores, de la importancia de trabajar mucho con ellos, de entrenar a conciencia. Además, de sentirse más libre para realizar sus proyectos.

Ambos personajes hablaron de que no debe haber juegos de poder, lucha de egos, entre director y fotógrafo porque esto da al traste con la producción.

La nueva película de María Novaro Las buenas hierbas es el filme en el que colabora con Gerardo Barroso, así como en un cortometraje con motivo del Bicentenario. La película está en la competencia de Largometraje Mexicano en esta edición del FICG.


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